Cortadora de plasma

Cuando se trata de cortar metal, la mayoría de los fabricantes dirían que la cortadora de plasma o el oxicorte son las dos técnicas más populares. Estas técnicas tienen sus pros y sus contras, sus ventajas y sus inconvenientes, sus amantes y sus detractores. 

Y, como es de esperar, elegir el sistema de corte más adecuado para cada trabajo no es del todo sencillo. La elección depende de la aplicación, el tipo y el grosor del material a cortar, la calidad del corte, los costes operativos, la ubicación del trabajo y muchos otros factores.

En esta publicación examinaremos algunos de estos factores. Pero primero veamos cómo funciona cada técnica.

¿Cómo funcionan las cortadoras de plasma?

Una cortadora por plasma o sistema de corte por plasma utiliza un flujo de plasma para transferir energía a un material conductor. El flujo de plasma se forma normalmente haciendo pasar un gas como nitrógeno, oxígeno, argón, o incluso aire, a través de una boquilla estrecha. 

Una corriente eléctrica producida por una fuente de energía externa añade suficiente energía al flujo de gas para ionizarlo y convertirlo en un arco de plasma. Por ello, este proceso suele denominarse corte por arco de plasma. El arco de plasma corta la pieza fundiéndola primero y disipando después el metal fundido.

La cortadora de plasma es adecuada para una amplia variedad de aplicaciones, como corte recto, corte en bisel, ranurado, corte de agujeros, corte de acabado superficial y marcado. 

Funcionamiento de los sopletes de oxicorte

El oxicorte es una reacción química entre el oxígeno puro y el acero para formar óxido de hierro. Puede definirse como un proceso rápido de oxidación controlada. Se utilizan llamas precalentadas para elevar la temperatura de la superficie del acero a unos 962 °C (rojo brillante). 

A continuación, se dirige oxígeno puro a la zona calentada en un chorro fino a alta presión. A medida que el acero se oxida y se disipa para formar una cavidad, la llama precalentada y el flujo de oxígeno se mueven a un ritmo constante para formar un corte continuo. 

Para este proceso se suelen utilizar cuatro gases combustibles básicos en combinación con oxígeno: acetileno, propano, propileno y gas natural. 

Los principales usos y aplicaciones (aunque sin limitarse a ellos) incluyen el corte de acero para su fabricación o desmontaje; el calentamiento de piezas para doblarlas, enderezarlas o someterlas a tratamiento térmico; y el aflojamiento de piezas y pernos atascados y oxidados durante los trabajos de reparación.

Ambas técnicas se utilizan ampliamente en diversos sectores, como la fabricación general y los talleres de fabricación, la restauración de automóviles, la construcción, la fabricación mecánica y de calefacción, ventilación y aire acondicionado, la minería, la construcción naval e incluso las obras de arte, la señalización y la ornamentación. 

Estas técnicas también pueden utilizarse con sistemas de control de avance por software en una mesa CNC.

Veamos ahora más de cerca algunas de las ventajas y desventajas de cada una para los distintos tipos de trabajo.

  • Calidad de corte

Las antorchas de plasma producen cortes más precisos porque cortan más rápido, con poca escoria, lo que da como resultado cortes precisos con una sangría (la anchura del corte realizado) menor que las antorchas de oxicorte. En el caso del oxicorte, la habilidad del operario es la variable más importante para determinar la calidad del corte. 

Otro factor es la necesidad de precalentar el sustrato. Con la cortadora de plasma, no es necesario precalentar la pieza, como se requiere con un sistema de oxicorte, lo que supone un importante ahorro de tiempo.